El viaje de Rey
Publicado en 1949, El Héroe de las Mil Caras de Joseph Campbell,
fue muy representativo de su tiempo al punto que negaba
que la mujer asumiera un rol heroico. En los tiempos actuales,
en cambio, han proliferado personajes femeninos fuertes,
con un rol protagónico equivalente al masculino.
Joseph Campbell acuñó el término Monomito para señalar la unidad del arquetipo heroico, es decir un héroe universal con características reconocibles y reproducibles en todas las culturas. El héroe prototípico se fusiona con el imaginario colectivo y activa los mecanismos inconscientes de la identificación. En tiempos antiguos la finalidad era fortalecer el lazo social, en tiempos modernos la finalidad es sostener el mercado.
Si bien en ciertos aspectos superficiales tienden a diferenciarse, el Camino del Héroe coincide con el Camino de la Heroína en tanto que ambos representan un viaje exterior e interior. Todo ciclo épico involucra un cambio interno en el héroe, una transformación psicológica de la cual la travesía es su expresión externa.
Cuando pensábamos que el héroe de El Despertar de la Fuerza sería Finn, encontramos que Rey es una figura femenina fuerte con características heroicas sorprendentes. Las huellas del Monomito son rápidamente identificables en el camino que toma Rey. Al resguardo del tiempo, estancada en el pasado y en su niñez, Rey inicia su viaje con el encuentro con BB-8, operador del llamado a la aventura. En la compañía de Finn cruza el umbral de su mundo infantil para enfrentarse a los obstáculos y peligros propios de la vida adulta. Principia una travesía personal de la que no hay regreso y que la cambiará para siempre y alterará también su mundo. A lo largo del camino Rey descubrirá su potencial y despertarán en ellas habilidades hasta ahora desconocidas. También será puesta a prueba repetidamente y descubrirá sus aspectos más oscuros y sus miedos más ocultos. En manifiesto reflejo al camino heroico de Luke Skywalker, Rey pierde a su mentor encarnado por Han Solo. Y en Maz Kanata, Rey encuentra a su guía espiritual. No obstante la aprensión a madurar la impulsa a rechazar la aventura de la vida adulta. En su aterrorizada carrera por huir de la adultez, Rey se interna en el bosque de Takodana solo para precipitarse hacia su destino.
Perséfone o Proserpina era la hija del dios Zeus y de Deméter. La inocente doncella recogía flores en el bosque cuando Hades, Señor del Inframundo, la rapta y se la lleva en su carro tirado por cuatro caballos negros. La convierte en su esposa y señora del Inframundo. Cuenta la leyenda que cuando ella vuelve al mundo renace la primavera pero con su regreso a los infiernos se inicia el invierno. El despertar a la pubertad, el final del sueño de la infancia y la consecuente metamorfosis del cuerpo quedan muy bien retratados en el fascinante libro “El Despertar de la Primavera” (1947) del psicoanalista Jacques Lacan.
El bosque siempre ha sido un sitio plagado de simbolismos. Los celtas lo consideraban una puerta mágica al mundo de las hadas. Cuajado de peligros y terrores, el bosque representa los miedos más profundos del inconsciente e internarse en él es bucear en los rincones más oscuros del alma. Kylo Ren es el morador del umbral, la criatura del Inframundo, que se apodera de la doncella y en una escena que recuerda a los viejos monstruos de las películas, la transporta en brazos hacia su guarida. La imagen del acarreo nupcial no es ingenua pues se lo considera un acto de alto contenido sexual. En los antiguos rituales matrimoniales el novio raptaba a la doncella de otro clan para desposarla a la fuerza, tal como Hades con Perséfone.
El artista plástico Erik Maell en su obra consagrada por Lucasfilm llamada “Rey’s Abduction” nos muestra una sugerente interpretación de esta escena de El Despertar de la Fuerza. Sin embargo, la pieza en lugar de remitirnos a los monstruos secuestradores de mujeres, más bien nos recuerda a las clásicas épicas románticas tales como “Lo Que el Viento se Llevó” (1939) con Clark Gable y Vivien Leigh y “El Sheik” (1921) con Rodolfo Valentino. En el trabajo de Maell, Kylo Ren ostenta una postura fuerte y viril, con una mirada casi fascinada clavada en el rostro de Rey.
Durante el interrogatorio, Rey y Kylo Ren forjan una interacción energética con connotaciones sexuales que define un lazo de Fuerza, una comunión cósmica exactamente como Hades y Perséfone. La doncella, forzada a internarse en el Inframundo, consuma el matrimonio sagrado con su par opuesto. Esta sinergia entre el principio femenino y el principio masculino despoja a Rey de su inocencia despertándola de su sueño infantil para iniciarla en la vida adulta.
El Viaje de la Heroína es un viaje de descubrimiento y desarrollo personal, una travesía hacia la madurez. Pero también es un itinerario de integración. Rey y Kylo Ren como pares opuestos de la misma moneda, sintetizan el balance complementario del Yin y el Yang. La simetría de los contrarios en una sinergia sagrada.