Primera reseña de las novelas del nuevo Canon
En Abril de 2014, impulsada por la adquisición de Lucasfilm por parte de Disney, se produjo una escisión en el universo de Star Wars: nacía un nuevo canon de historias y personajes, muchas de las cuales venían a reemplazar a las viejas conocidas que se convertirían en leyendas...
Hablar del universo expandido de Star Wars significó, a lo largo de muchos años, referirse a un enorme y creciente cuerpo de historias complementarias a las películas que narran los devenires de la familia Skywalker. Independientemente del formato o el medio elegido por los fans todos los productos que se consumían eran parte de la historia oficial de Star Wars, puesto que el canon se mantenía a través de libros, cómics, videojuegos y series televisivas. Para el año 2000 dicho universo había crecido tanto (recordemos la saga The New Jedi Order, que abarcó 19 novelas) que la única manera de mantener una continuidad relativamente controlada era informatizar todos los datos concernientes a personajes, lugares, vehículos y hechos históricos en una base de datos que se llamó Holocrón.
Pero en Octubre de 2012 Disney compró Lucasfilm y para poder contar nuevas historias a los fans la compañía declaró como “leyendas” a todo ese material, manteniendo como únicos objetos inamovibles de Star Wars a las películas de la trilogía original, las precuelas, la película The Clone Wars y la serie televisiva homónima. Los fans se expresaron con sentimientos encontrados: obviamente los libros no pueden desaparecer ni las historias borrarse, pero dejar esas obras fuera de la construcción oficial de la saga produjo una sensación rara y por ese motivo algunos prefieren considerarlas parte de un universo alternativo (¿Les suena Marvel?). Pero por otro lado se abría la posibilidad de disfrutar nuevas historias, inyectando al canon una frescura que venía necesitando desde hace rato.
Así las cosas, la base de datos Holocrón quedó obsoleta y se formó el “Star Wars Story Group”, encargado a partir de ese momento de mantener la continuidad dentro del nuevo canon.
Como complemento de nuestra emisión número 26, les dejamos a continuación una breve reseña de algunos de los libros que estuvimos leyendo hasta ahora. Nos alegra mucho contarles que, salvo algunas pocas excepciones, todas las novelas que mencionamos son muy buenas y capaces de satisfacer a los más ávidos fans de la saga.
El Despertar de la Fuerza (Alan Dean Foster)
34 años después de la Batalla de Yavin
Disney encargó la novelización del Episodio VII a Alan Dean Foster, un autor muy habituado a llevar guiones cinematográficos al mundo literario. Esta decisión estuvo en sintonía con la vuelta a los orígenes que Lucasfilm aplicó en la producción de la nueva película, puesto que Foster fue el “escritor fantasma” de George Lucas en 1977 cuando se publicó la novela de Una Nueva Esperanza y el autor de la primera obra del universo expandido, Splinter of the Mind’s Eye en 1978.
La obra en sí no aporta demasiado, algo comprensible si consideramos las limitaciones a las que se enfrentó el escritor para desarrollar personajes que, en vista de los planes de Disney para el futuro, debían estar rodeados de un relativo misterio. Por ese motivo, la novela no cuenta con momentos introspectivos demasiado elaborados ni con revelaciones que vayan a cambiar nuestra mirada de la historia, pero cuenta con algunos pasajes que valen la pena. El más llamativo es el que describe la visión de Rey al tocar el sable de luz de Luke, que tiene algunos elementos ausentes en la versión cinematográfica. Otro que también involucra a la joven protagonista nos muestra marcados momentos de duda ante la oferta que Unkar Plutt le hace por BB-8 en Jakku. También hay algunas consideraciones de Snoke sobre la caída de Vader y la naturaleza de Kylo Ren y cuestiones que tienen que ver con diálogos y escenas eliminadas del corte final, como la irrupción de Unkar Plutt en Takodana o una breve batalla en la base Starkiller que involucra a Rey y a Finn.
A favor de Foster, es necesario destacar la descripción de los sondeos mentales que Kylo Ren ejecuta sobre Poe Dameron y Rey, poniendo énfasis en la desesperación y la impotencia de las víctimas, y en última instancia en la batalla de voluntades entre el Maestro de los Caballeros de Ren y la joven chatarrera.
Catalyst (James Luceno)
22 años antes de la Batalla de Yavin
Una obra de lectura obligada para quienes consideran que a Rogue One le faltó un buen background. Cuenta la relación entre Galen Erso y Orson Krennic, el enfrentamiento de éste último con Lyra y cómo lo fueron engañando a Galen a partir
del proyecto “Celestial Power” para construir el superláser de la Estrella de la Muerte. La historia arranca durante las Guerras Clon (recordemos que los primeros bocetos de la Estrella de la Muerte aparecen en la batalla de Geonosis) y termina un par de años antes de Rogue One. También se aborda la tensa relación entre Tarkin y Krennic y algunas de las jugadas políticas que hicieron uno contra el otro durante sus respectivos ascensos dentro del Imperio.
Entre Tarkin y Catalyst, Luceno se esfuerza en construir un muy necesario puente entre la trilogía original y las precuelas, abordando desde otros ángulos el pasaje de la República al Imperio. Si bien en Tarkin lo hace mediante flashbacks, puesto que los hechos principales narran una misión que el Gran Moff lleva a cabo con Vader, en Catalyst se avanza cronológicamente en este período de transformación de la galaxia. El autor hace una exploración muy interesante del cambio de época, con pasajes en los que se describe a la perfección la caída de la espiritualidad, de lo místico y el surgimiento del poderío tecnológico, sobre todo en lo que respecta al uso de los cristales Kyber.
Ambas obras de Luceno comparten como característica la ausencia de acción trepidante que pueden tener otras aventuras del nuevo canon, pero valiéndose de excelentes semblanzas de los personajes termina ubicando sus novelas por encima de relatos con acciones más dinámicas. Todos los retratos de los personajes que nos ofrece Luceno son muy buenos, pero hay que destacar la caracterización que hace de Krennic, a través de su ambición y sus maquinaciones.
Rogue One (Alexander Freed)
0 años antes de la Batalla de Yavin
Contrariamente a lo que ocurrió con la novelización de El Despertar de la Fuerza, en la que aparte de confirmar algunas teorías no aportó demasiado, la versión literaria de Rogue One se destaca por profundizar ciertos aspectos de los personajes que en la película se abordan de manera superficial. Alexander Freed aprovecha la extensión que permiten los libros para mostrarnos mucha introspección de los personajes que en la pantalla no se nota demasiado, ya sea por las modificaciones que fue sufriendo la película durante su producción o por la falta de pericia de los guionistas y actores para llevarla a cabo.
Los conflictos internos de los personajes se ponen de manifiesto y justifican las decisiones que van tomando a lo largo de la operación para apropiarse de los planos de la Estrella de la Muerte. Por ejemplo, nos pintan a una Jyn Erso más sufrida y golpeada (física y moralmente) que en la película, y a un Cassian Andor perseguido por las acciones llevadas a cabo en nombre de la Alianza Rebelde. Mon Mothma tiene unas breves apariciones extra que valen la pena y le dan un toque más humano a una figura política que la mayoría de las veces es mostrada de manera fría.
El libro tiene varios pasajes muy interesantes, y que resulta necesario destacar:
La metáfora recurrente de Jyn en la caverna, como un eco de su escape de Krennic y los Death Troopers.
El sueño de Jyn viajando a Yavin IV luego de la muerte de su padre.
Los últimos instantes de K2-SO.
Los “interludios” (más efectivos y razonables que los de Aftermath) con información suplementaria, en particular un memorándum imperial en el que se hace referencia a los conductos de ventilación del núcleo del reactor de la Estrella de la Muerte y que aporta mucho sobre la falla que explotan los rebeldes.
En definitiva, una lectura recomendable para todos aquellos que sintieron que Rogue One cumplió con las expectativas de una película bélica pero que se quedó corta con el desarrollo de personajes que el universo cinematográfico de Star Wars se merece.
Trilogía Aftermath (Chuck Wendig)
5 años después de la Batalla de Yavin
Aftermath, Life Debt y Empire’s End forman la obra más extensa hasta el momento de lo que es el nuevo canon de Star Wars, que se desarrolla inmediatamente después de los eventos de El regreso del Jedi. Wendig nos presenta a un grupo heterogéneo formado por una cazarrecompensas, un ex-oficial imperial, una piloto rebelde, su hijo y un androide de gran personalidad, a quienes las circunstancias obligan a actuar en conjunto para poder sobrevivir en un planeta en el que se desarrolla una reunión de los máximos oficiales sobrevivientes del Imperio.
La historia es buena pero está un poco estirada, y tal vez con dos libros hubiese sido suficiente. Muchas veces durante el desarrollo de las novelas, el autor agrega “interludios”, breves capítulos que no hacen a la historia principal pero aportan información sobre personajes menores de las películas y sobre el estado de la galaxia luego de la caída del imperio en diversos sistemas; hay varios destacables (uno sobre los sobrevivientes de Alderaan, otro sobre un grupo de seguidores de Vader), pero la gran mayoría quedan truncos demasiado pronto y el resto terminan sin dejarnos nada interesante.
Las novelas de Wendig sufren de una marcada diferencia de ritmos dentro de la historia, y los interludios que mencionamos anteriormente no ayudan para mantener al lector atrapado como lo hacen otras obras. Para varios fans (incluido quien escribe) los momentos de acción y de peligro que atraviesan los personajes se estiran demasiado, no por la duración de los mismos dentro de la historia, sino por las largas descripciones de los movimientos en los combates cuerpo a cuerpo o en el espacio.
Así y todo hay que destacar que el autor caracterizó muy bien a los dos villanos principales de la historia, y la batalla espacial que tiene lugar en el último libro de la saga es altamente satisfactoria, principalmente por su vinculación con el juego Battlefront y el paisaje de Jakku que vemos en El Despertar de la Fuerza.
Tarkin (James Luceno)
14 años antes de la Batalla de Yavin
El autor vuelve a demostrar su habilidad para componer retratos de los personajes secundarios de la saga, esta vez narrando una misión en la que Wilhuff Tarkin debe trabajar estrechamente con Vader y refiriendo a flashbacks que describen la juventud y los ritos de pasaje del Gran Moff en su planeta natal Eriadu. Con esta misión conjunta el Emperador busca forjar lazos de respeto mutuo entre los dos máximos ejecutores de sus órdenes. El libro finaliza con el nacimiento de la “Doctrina Tarkin” (basada en el ejercicio del gobierno a través del miedo) y con el establecimiento del triunvirato de poder formado por el Emperador, Vader y Tarkin.
Luceno encara nuevamente los primeros años del Imperio, y complementa la trilogía de las precuelas contando detalles políticos ausentes en las películas (por ejemplo, reuniones entre Dooku y Tarkin, cómo Palpatine “reclutó” al protagonista para la República antes de las Guerras Clon, etc.) Incluso se menciona a Darth Plagueis y se esboza una explicación de por qué los Jedi no se dieron cuenta que Palpatine era un Sith. También hay referencias a capítulos de la serie Clone Wars en las que aparece el Gran Moff. Son muy interesantes las apreciaciones que Tarkin hace de Vader observando, entre otras cosas, su lenguaje gestual y las conclusiones a las que llega. Pero por momentos hay un empeño en un vicio introducido por las precuelas, menor pero molesto, que es la actitud de Vader de cruzarse de brazos (cosa que nunca hizo en la trilogía original).
Lords of the Sith (Paul Kemp)
14 años antes de la Batalla de Yavin
Ubicado temporalmente ocho años después de las Guerras Clon, el libro se centra en los albores de la rebelión contra el Imperio, en particular explorando el movimiento “Ryloth Libre” liderado por Cham Syndulla. En medio de un atentado perpetrado por los Twi’lek, Vader y el Emperador son las presas en una cacería que pone en juego la continuidad del Imperio y del incipiente movimiento rebelde.
El autor recurre a imágenes muy potentes de Darth Vader en acción que nos remiten a la trilogía original y a Rogue One, en la que el Caballero Sith es un personaje temido del que se conoce poco y sin rivales a la altura de sus poderes. Con expresiones como “sumergirse en la Fuerza” y “absorber el poder del Lado Oscuro”, Kemp retrata de manera muy efectiva la forma en que Vader encara las batallas y se nutre de su odio y su ira para poder ejecutar las proezas de las que es capaz en combates espaciales y contra la infantería rebelde. Además, nos presenta la relación de poder que existe entre ambos Sith, el poder oscuro que emana del Emperador y la aceptación de que, eventualmente, el alumno termina matando al maestro. No puedo terminar esta breve reseña sin mencionar un pasaje del libro en el que un grupo comando de Twi’leks es atacado por una banda de animales nativos de Ryloth, y que está narrado de una manera absolutamente cinematográfica y brillante por Kemp; la desesperación y el frenesí de esa persecución fue una de las cosas que me quedaron marcadas del libro. Es muy difícil evitar la comparación con el estilo de Wendig, principalmente porque sus obras son netamente orientadas a la acción (no como las de Luceno); ojalá la trilogía de Aftermath hubiese tenido esa agilidad y esa precisión en momentos fundamentales de la historia de Norra Wexley.
Lost Stars (Claudia Gray)
Desde 11 años antes, hasta 3 años después de la Batalla de Yavin
Claudia Gray llegó al universo de Star Wars con esta novela para jóvenes adultos, que comienza con una niña y un niño ilusionados con ingresar a la academia Imperial para ser pilotos de combate. A medida que pasan los años todo parece indicar que Ciena Ree y Thane Kyrell tendrán un brillante futuro militar y amoroso. Pero el incipiente romance y la carrera de Thane se ven truncados cuando el joven descubre que el Imperio está dispuesto a esclavizar o destruir planetas enteros con tal de imponer su voluntad y termina uniéndose a la Alianza Rebelde y enfrentado con Ciena, a quien no logra convencer de los crímenes del Emperador.
En un primer momento el párrafo anterior parece referirse a una especie de Romeo y Julieta en el espacio, pero las apariencias engañan y la historia toma algunos caminos inesperados y plantea algunas cuestiones bastante novedosas. Claudia Gray logra transmitir los sentimientos y sensaciones de los protagonistas de manera muy efectiva, y con gran sencillez explora los motivos por los que personas aparentemente sin maldad pueden ser leales a un régimen como el Imperio.
Probablemente se deba a que fue una de las primeras obras del nuevo canon, pero por momentos peca de querer poner a los protagonistas extremadamente cerca de los hechos de la trilogía original (la persecución en el campo de asteroides, el sabotaje al hiperimpulsor del Millenium Falcon, y muchos otros). Tal vez no esté a la altura de Bloodline, pero debido al extenso período histórico en el que se desarrollan los acontecimientos (desde 8 años después del surgimiento del Imperio hasta la batalla de Jakku), resulta una lectura atractiva y ágil que nos remite constantemente al período que la mayoría de los fans más aprecian.
Bloodline (Claudia Gray)
28 años después de la Batalla de Yavin
Si hay un libro que se complementa a la perfección con una película, es éste. La simbiosis que logra Bloodline con El Despertar de la Fuerza es perfecta, sin situaciones ni acontecimientos forzados y con una fluidez entre ambas historias que sorprendió a muchos fans. Ubicado seis años antes de Episodio VII, la obra nos presenta el estado de la galaxia previo al surgimiento de la Resistencia y de la Primera Orden, con una Nueva República perdida en la burocracia y en discusiones interminables, un senado dividido en dos facciones que mantienen una tensa rivalidad (Populistas y Centristas) y con una marcada ausencia de liderazgo provocada por el alejamiento de Mon Mothma. La senadora Leia Organa, cansada y decepcionada por el curso que está tomando la política galáctica, se embarca en una misión para desenmarañar el misterio que rodea a un cartel criminal que opera en un alejado planeta. Y ese viaje será el disparador de una aventura que la llevará a enfrentarse con su pasado, regresar a la acción y alejarse de la política para organizar la Resistencia.
Complots, atentados, discursos grandilocuentes y personajes realmente interesantes ayudan a narrar una historia atrapante y altamente satisfactoria. Claudia Gray nos demuestra que un libro de marcado corte político, aunque con dosis de aventura, no tiene por qué ser aburrido. Los protagonistas están muy pulidos, desde el carismático senador Ransolm Casterfo, que funciona como un contrapunto ideal de Leia, hasta la aristocrática Carise Sindian, una conservadora más inclinada hacia la realeza que a la República.
La novela es ágil, está escrita de manera inteligente y no hay una sola línea de diálogo que esté de más. Bloodline es, sin lugar a dudas, de lo mejor que nos trajo el nuevo canon.
Phasma (Delilah Dawson)
30 años después de la Batalla de Yavin
Esta novela forma parte de la serie de relatos “Camino a Los Últimos Jedi” y nos cuenta los orígenes de la Capitana Phasma, líder de las tropas de asalto de la Primera Orden. Este personaje de distintiva armadura plateada nos había dejado un “sabor a poco” en Episodio VII, y muchos fans trazaron un paralelismo entre el misterio que rodeaba a Boba Fett en El Imperio Contraataca con el de Phasma en El Despertar de la Fuerza.
De forma similar a lo que hace Luceno en Tarkin, Dawson nos presenta una historia en la que se pretenden justificar las acciones y decisiones que el protagonista lleva a cabo en la pantalla grande a través de experiencias pasadas que terminaron forjando su carácter. En ese sentido resulta muy original que la historia de Phasma sea contada por un tercero que intenta, justamente, transmitir la personalidad de la Capitana de la Primera Orden a otro personaje mediante los relatos que nos presenta la autora.
La novela es gratificante y no le falta nada; nos muestra la dura juventud de una mujer criada en un ambiente hostil y en el que es raro que alguien supere los 35 años, y cómo la desesperación primero y la ambición después la empujan a tener actitudes despiadadas para lograr sus objetivos. Una grata sorpresa es la presentación de Cardinal, un capitán de la Primera Orden que también cuenta con una armadura distintiva y sobre el que seguramente volveremos a leer en algún momento.
Dawson escribe de manera dinámica y la narración no decae en ningún momento, logrando mantener el interés y el ritmo incluso en las pausas que hace el personaje que cuenta las historias. La autora tiene una habilidad especial para caracterizar a los actores principales de su obra y sus acciones nunca quedan separadas de su mentalidad y sus sentimientos, dándole a Phasma una consistencia y una coherencia destacables. Además, aprovecha el camino que está trazando la nueva trilogía, puesto que en esta obra las cosas no son siempre negras o blancas, sino que hay una interesante gama de grises que vale la pena explorar.
Para terminar, podemos decir que las nuevas historias que llegaron de la mano de Disney representan una renovación muy positiva, pero solo con el paso del tiempo podremos compararlas con lo que hoy se conoce como leyendas. Lo que pudimos leer hasta el momento es muy prometedor, y en estos pocos años han aparecido verdaderas joyas y muy pocos libros mediocres. Nos parece muy acertado que junto con las nuevas obras lleguen nuevos autores, manteniendo a algunos de los más veteranos y reconocidos, como James Luceno o Timothy Zahn. Y afortunadamente se contó desde el principio con el “Star Wars Story Group”, que ayuda a los escritores a mantener un universo coherente y ordenado.
En los próximos meses seguiremos explorando el nuevo canon y les iremos acercando nuestras opiniones y reseñas para que les sea un poco más fácil adentrarse en esta aventura de descubrir y redescubrir a nuestros personajes favoritos. ¡A disfrutar de la lectura!